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Desarrollo regional a través de la formación de especialistas
Desde hace algunos años existe el plan de formación de médicos y odontólogos especialistas, quienes tras su etapa de preparación son destinados a hospitales de regiones con escases sustantiva e inaceptable de profesionales.
Viernes 15 de abril de 2016
Desde hace algunos años existe el plan de formación de médicos y odontólogos especialistas, quienes tras su etapa de preparación son destinados a hospitales de regiones con escases sustantiva e inaceptable de profesionales.
Sin embargo, la creciente y progresiva inversión en capital humano no se condice en una disminución de la brecha de especialistas o de la percepción de abandono del Estado en áreas específicas.
Lo llamativo es que existiendo una fuerte inversión pública en la formación, estos especialistas al ser integrados a los distintos Servicios de Salud, no son adecuadamente gestionados ni estratégicamente seleccionados, pues no existe la coordinación entre el nivel central y las regiones.Aquí es donde debiera surgir la real participación de ellas en la distribución y/o en la formación de estos profesionales.
Regiones con universidades de prestigio en el desarrollo intelectual, con capacidad formadora de especialistas médicos y no médicos, deben aportar al país como esta sucediendo con el "Plan Maule de Formación de Especialistas", ejemplo de experiencia de descentralización a pesar de los severos intentos del Minsal por suspenderlo bajo el fundamento centralista de la inversión pública.
Ciudades con larga historia universitaria como Valdivia, Puerto Montt y Concepción, deben contribuir a la formación médica en forma sustantiva y a su vez, el gestor central debe descentralizar los recursos y sólo exigir que se haga en los tiempos y en las formas correctas.
Ocurre todo lo contrario, cada vez es más frecuente ver que los especialistas largamente anhelados al volver a sus destinos, no tienen los cupos necesarios o son enviados a lugares donde no pueden contribuir a la resoluciones de listas de espera o, sencillamente, no hay planificación de estos recursos por la ineficiencia de gestión de estos profesionales.
Es dolorosa la existencia de estos problemas cuando existen miles de compatriotas que requieren de ellos. La eficiencia en su gestión, las coberturas de sus plazas, la retribución económica justa e incentivadora, la descentralización de la formación debe ser una realidad, pero es una necesidad que las autoridades no visualizan en forma adecuda de mejorar en el corto plazo. De persisir esta anomalía, producirá desencanto no sólo en los profesionales de la salud, sino que generará insatisfacción social también en las provincias.