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Salud 2016, más de lo mismo
El presupuesto de Salud del año 2016 y la información entregada por la ministra en la interpelación realizada recientemente motivan conclusiones decepcionantes a luz de los hechos actuales.
Jueves 8 de octubre de 2015
El presupuesto de Salud del año 2016 y la información entregada por la ministra en la interpelación realizada recientemente motivan conclusiones decepcionantes a luz de los hechos actuales. Vamos por parte. Se dice que se provisionarán dineros para la contratación de 750 médicos especialistas. El análisis de esta misma medida el año 2015 permite conocer que no se ha logrado contratar más de un 50% de los médicos inicialmente programados. Nada ha cambiado para rotar el interés e incentivos para definitivamente captar dichos profesionales, cuando especialmente hay una política discriminatoria hacia financiar especialistas derivados de universidades privadas.
La construcción de hospitales ha pasado por una estrategia comunicacional que reemplaza el número de 20 hospitales de alta y mediana complejidad y pocos de baja complejidad que aportaban 5.253 camas al sistema, por 27 mayoritariamente hospitales de baja complejidad que solamente aportan 1.724 camas, de las cuales más de un 60% no sirven ni tributan para propósitos de reducciones de listas de esperas o para la recepción de médicos especialistas por carecer de tecnología para ellos. Es decir, se ha infringido un daño y es un retroceso para la solución de listas de esperas, entre otras cosas.
Demás está decir que la meta de construcción de 27 establecimientos, 130 SAR y 100 CESFAM no se cumplirá. Las autoridades creen en milagros. Se esconde la realidad, se maquilla la ineficiencia y acepta seguir manteniendo poca seriedad con la ciudadanía. El año 2015 se dejarán de gastar en el área de infraestructura más de $ 200 mil millones especialmente por ineficiencia más que por reducción presupuestaria. Este monto irá a pagar deudas y a comprar cuanto equipo exista sin la adecuada relación de costo-efectividad y con licitaciones de corto plazo y de alto riesgo.
En el sector de presupuesto de deuda, se profundiza aún más el confuso manejo comunicacional. Según palabras de la ministra se terminará el año con $ 150 mil millones de deuda y con aportes extraordinarios de DIPRES por más de $ 200 mil millones. Esta es la cifra más alta de la historia de salud nacional y es producto del gasto en insumos comprados mayoritariamente en forma directa y por urgencia, y gasto en recursos humanos contratados en esta administración y no en anteriores, como se ha dicho. Se es poco riguroso cuando se dice haber recibido la administración actual con deuda de $ 183 mil millones. Basta revisar los informes de DIPRES para acabar con esta "teoría". Esta cifra es incorrecta.
Es exorbitante el gasto asociado a asesores no sólo a nivel central, sino también a nivel regional. Salud es hoy una máquina de empleo político, desajustada con las necesidades de la población a pesar de todos los maquillajes comunicacionales, poco riguroso en el enfoque de las soluciones, incapaz de ejecutar proyectos de acuerdo a sus mismos programas. El problema de salud 2015 y 2016 es "in pectoris". Mal pronóstico para salud 2016.