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Campos Clínicos y Formación de Especialistas
La asignación de campos clínicos en los hospitales públicos, que disponen del 66% de las camas del país para uso por parte de los programas de formación de especialistas, se encuentra en una disyuntiva que hace extremadamente difícil para las Facultades de Medicina generar programas estables en el tiempo.
Viernes 17 de junio de 2016
La necesidad de formar más médicos especialistas es un dato en el que no solamente todos los expertos coinciden, sino que es una demanda ciudadana creciente y que queda en evidencia con las listas de espera Auge y No Auge que todos conocemos.
Este esfuerzo, sin embargo requiere entender que no se puede improvisar. La formación de estos especialistas es heterogénea: no se necesita el mismo tiempo de trabajo docente asistencial, infraestructura clínica, equipamiento, para instruir a un médico cirujano que a un neurólogo o anestesista. De ahí deriva la necesidad de contar con programas bien establecidos que aseguren que quienes lo aprueben, realmente ofrezcan las competencias que los habiliten para asumir las responsabilidades de su especialidad.
Los programas de entrenamiento requieren de campos clínicos, en los cuales los docentes puedan progresivamente entregar más responsabilidades a los médicos en formación, que inicialmente requieren bastante supervisión, y gradualmente más autonomía. Esta es una condición esencial para todas las especialidades, pero indispensable y exigente en aquellas en las cuales esta en riesgo inmediato la vida de los pacientes.
Sin embargo, la asignación de campos clínicos en los hospitales públicos, que disponen del 66% de las camas del país para uso por parte de los programas de formación de especialistas, se encuentra en una disyuntiva que hace extremadamente difícil para las Facultades de Medicina generar programas estables en el tiempo.
Las autoridades de salud han anunciado que este año se cambiarán los criterios de asignación de los campos clínicos, pareciendo prescindir de los convenios docentes asistenciales vigentes, lo que genera incertidumbre en las universidades. ¿De qué manera las Facultades de Medicina van a poder garantizar la formación de los especialistas que se necesitan con urgencia en el país, sino pueden planificar en el mediano plazo la formación de estos profesionales?
La incertidumbre en el acceso de campos clínicos, no sólo condiciona la cantidad de los médicos que se forman, sino también el tipo de especialistas y otras exigencias complementarias como disponer de docentes calificados y dedicados, un programa bien estructurado y equipamiento tecnológico.
La medida anunciada no se comprende dado que ya en 2010 se estableció una norma de asignación y uso de Campos Clínicos, que fue perfeccionada en julio del 2012 y que señala los “requisitos y criterios de asignación y uso de campos clínicos para la formación profesional y técnica en el Sistema Nacional de Servicios de Salud”, que fue consensuada y en la que se tomaron en consideración, los diferentes aspectos que hoy se plantean como necesarios de modificar.
En aquella oportunidad se definió que en la asignación de los campos clínicos, se dejaría fuera las licitaciones y en último plano las retribuciones económicas y que se privilegiarían aspectos como la acreditación, disponibilidad de docentes, capacitación y otros criterios para ponderar 11 factores a analizar para decidir la asignación de uso del Campo Clínico. Esta norma ha permitido estabilizar los campos clínicos y la formación de médicos y profesionales de la salud.
Por lo tanto, si el anuncio que ha trascendido corresponde a la intención del Ministerio, estaríamos frente a una nueva modificación de los criterios de asignación, y consecuentemente frente a un importante elemento de incertidumbre para las Facultades de Medicina y Centros formadores de especialistas.
Además, la señal dada por el Ministerio de Salud respecto a la única reunión CONDAS realizada en los últimos 2 años, a la que sólo fueron invitados algunas Facultades de Medicina, obviamente no contribuye a mejorar la confianza.