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Tareas para la casa tensionan relaciones familiares
El aprendizaje puede ser divertido y motivante y para eso es muy relevante que los tiempos de juego y ocio sean respetados, no sólo porque es un derecho de los niños, sino porque es necesario para el aprendizaje...
Miércoles 9 de septiembre de 2015
Los niños permanecen cinco días a la semana un promedio de siete horas en sus colegios, dependiendo de la jornada escolar. Así se cumple con el derecho a la educación que está garantizado por la Convención sobre los Derechos del Niño. No obstante, por cautelar éste hemos olvidado otro tan importante como lo es el derecho al descanso, al esparcimiento y al juego.
En ese sentido, las "tareas para la casa" generan muchas veces un escenario poco propicio para el desarrollo armónico del niño. Si bien tienen como objetivo generar hábitos de estudio y autonomía, el niño las termina asociando con angustia, tensión en las relaciones y aburrimiento. Aquello porque después de pasar varias horas en el colegio llega a su casa a hacer más de lo mismo.
Otro efecto del exceso de tareas es que puede producir tensiones en las relaciones familiares, conflictuándolas, en tanto el niño "perdió tiempo" en la tarde jugando y recuerda hacer la tarea sólo cuando llegan sus padres del trabajo.
Muchas familias reportan ésta como una de las situaciones que tensionan las relaciones parentofiliales, a tal punto que los niños comienzan a presentar síntomas clínicos o a bajar su rendimiento escolar. Por otra parte, en muchos colegios los profesores están presionados a pasar los contenidos de una manera determinada y a subir el rendimiento para ser catalogados entre los mejores. Este sería un paradigma adultista orientado a mejorar indicadores organizacionales, sin considerar las necesidades cognitivas, afectivas y sociales de los escolares.
El aprendizaje puede ser divertido y motivante y para eso es muy relevante que los tiempos de juego y ocio sean respetados, no sólo porque es un derecho de los niños, sino porque es necesario para el aprendizaje: ellos asimilan lo que aprenden a partir de la repetición de esquemas mentales, y lo hacen naturalmente a través del juego simbólico y de roles. Los juegos de computador también permiten desarrollar habilidades.
Se recomienda a los padres estimular la diversidad en la actividad lúdica, variando entre juegos electrónicos, con otros que incluyan actividad física, de mesa (competitivos y cooperativos) y uso de la imaginación a través de las relaciones con otros (pares y adultos). Es natural para los escolares aprender movidos por la curiosidad propia de su edad.
Otra recomendación es que las actividades escolares, tanto dentro como fuera del colegio, integren reglas, normas y estudio formal, con actividades lúdicas. El niño no debe dedicar más de 20 minutos a la tarea escolar en la casa, orientada a una asignatura y lo ideal es que sea revisada al otro día por el profesor. El objetivo final es que disfruten aprendiendo y que aprendan jugando.