Evolución de las emociones: Permitirse estar mal

Quienes pudieron ver la película “intensamente” entenderán la mecánica que ocurre cuando una u otra emoción se “apodera” de nosotros. Cuando es la alegría, pareciera que todo fluye, nos sentimos contentos y esto se manifiesta sin complejos.

Miércoles 23 de marzo de 2016

Evolución de las emociones: Permitirse estar mal
escrito por

Maria Graciela Opazo, Editora IPSUSS

Quienes pudieron ver la película "intensamente" entenderán la mecánica que ocurre cuando una u otra emoción se "apodera" de nosotros. Cuando es la alegría, pareciera que todo fluye, nos sentimos contentos y esto se manifiesta sin complejos.

Sin embargo, la tristeza, la tratamos de ocultar, de mantenerla lo más lejos posible del día a día, y, por sobre todo, de los recuerdos. Ello porque en esta sociedad no se nos permite estar mal. Por eso muchas veces ésta se viste de rabia, miedos e inseguridades, hasta incluso, acumularse y transformarse en depresión.

La Organización Mundial de la salud (OMS), estima que unos 350 millones de personas tienen esta enfermedad en todo el mundo, y proyecta que para 2030 esta condición será la que más gastos por discapacidad generará.

En nuestro país, la Encuesta Nacional de Salud de 2010, mostró que el 17,2% de la población tiene depresión, una prevalencia por sobre la del promedio mundial que es de 15%.

Para los expertos en sicología la "rabia energiza" y es buena a veces para evitar caer en depresiones. Para los terapeutas holísticos, la rabia se acumula...es fuego y esa energía se estanca en el hígado; así como la pena lo hace en los pulmones y en el corazón.

Nada de eso se contrapone, al contrario, todo da luces de que es necesario darle espacios a cada una de esas emociones, un sitio que permita que ellas transiten por uno, fluyan y te abandonen.

El ánimo debe ser entonces, dejarlas caminar con el propósito de meditar su génesis y con ello, encontrar la solución de existir o, lo que más cuesta, aceptar.

Las emociones en sí mismas no son malas, son expresión de algo más profundo. Así entendido no hay que evitarlas, por el contrario, escucharlas, de manera de entender las causas y autoconocernos.

 

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