Fármacos sin supervisión ni límites

Los usos de los medicamentos deben tener límites, el riesgo de no supervisar su consumo va desde la generación de una dependencia, resistencias de medicamentos, hasta paro cardiaco, hipertensión y taquicardia, pasando por alopecia y erupciones cutáneas hasta síntomas psiquiátricos como euforia, delirium, confusión, psicosis tóxica y alucinaciones.

Viernes 8 de abril de 2016

Fármacos sin supervisión ni límites
escrito por

María Graciela Opazo, Editora comunicaciones IPSUSS

Hace unos días el Instituto de Salud Pública (ISP), advirtió sobre los efectos adversos por el mal uso de fármacos estimulantes del sistema nervioso central, principalmente de medicamentos en base a metilfenidato y modafilino.

El primero es para el tratamiento del déficit atencional, mientras que el segundo es un neuroestimulante. Ambos bajo prescripción y supervisión médica no debieran tener mayores complicaciones- salvo incidencias de reacciones adversas que siempre pueden producirse.

Sin embargo, la voz de alerta surgió porque se detectó que las personas están abusando de estos medicamentos, es decir, aumentando las dosis, consumiéndolas en exceso, incrementando los riesgos de efectos adversos y consumiendo un fármaco no prescrito como terapia crónica.

Los usos de los medicamentos deben tener límites, el riesgo de no supervisar su consumo va desde la generación de una dependencia, resistencias de medicamentos, hasta paro cardiaco, hipertensión y taquicardia, pasando por alopecia y erupciones cutáneas hasta síntomas psiquiátricos como euforia, delirium, confusión, psicosis tóxica y alucinaciones.

Los medicamentos no son inocuos. Por eso, ante la necesidad de mayor concentración basta descansar o buscar sustitutos que puedan ayudar a lograr el objetivo deseado. La medicina complementaria y el deporte, son buenos aliados a la hora de sobreponerse a ciclos de estrés que pueden llevar a las personas a automedicarse o sobremedicarse, con el consiguiente riesgo catastrófico para su salud.

Pero además de la responsabilidad que a cada uno le cabe en las conductas de consumo de fármacos, cabe preguntarse ¿qué sucede con la regulación y fiscalización? La norma técnica N°140 referida al Sistema Nacional de Farmacovigilancia establece la responsabilidad de profesionales de la salud en la notificación de las RAM. Es decir, el primer responsable es el profesional que prescribe, lo que debiera hacer adecuadamente en atención a la patología y a un cuadro determinado de dolencias que se deben tratar.

Pero también el productor es un actor relevante. En particular se señala que los titulares del registro sanitario, son los responsables finales de la seguridad y eficacia de los fármacos, para lo cual deben desarrollar informes periódicos de seguridad y planes de manejo de riesgos.

Entonces lo que se necesita aquí no es sólo la advertencia de la autoridad, el llamado de atención a los médicos y profesionales de la salud, o el mea culpa y cambio de conducta de quienes estén abusando de los medicamentos, sino que también se requiere una industria más proactiva.

¿Cómo? Elaborando los informes periódicos de seguridad y planes de manejo de riesgos, es decir, documentos que especifiquen los "riesgos relevantes del medicamento y se establezca un plan para la realiza¬ción de actividades de farmacovigilancia destinadas a identificarlos, caracterizarlos, cuantificarlos y, en caso necesario, someterlos a un programa específico de prevención o minimización de dichos riesgos", es también identificar problemas en el período de post comercialización.

Es la hora entonces, de que la industria también se pronuncie y cumpla lo mandatado respecto a la trazabilidad de los productos, porque no sólo deben cuidar la calidad, seguridad y eficacia -ex ante la comercialización de los fármacos- sino que también en el uso y abuso, tienen algo que hacer.

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