La barrera del origen de los productos que son contrabandeados es lo que precisamente sucumbe ante un sistema de trazabilidad que entrega la “posibilidad de identificar el origen y las diferentes etapas de un proceso de producción y distribución de bienes de consumo”, según lo define la Real Academia Española.

Por eso la relevancia de los cambios exigidos con la reforma tributaria de 2014, aumento de impuestos al tabaco, de la mano de un sistema de trazabilidad. Uno que permita “seguir desde la producción a la venta, de manera individual, a los productos de tabaco que se producen en Chile o se importan. Además, permitiría detectar rápidamente si los cigarrillos que se venden en quioscos, en la calle o en ferias (por citar algunos puntos de venta) son legales o ilícitos y, lo que es más importante, permitiría controlar exactamente cuánto producen y venden las tabacaleras que operan en Chile”, según señalaba en una carta titulada Caballo de Troya, publicada en La Tercera por Guillermo Paraje, economista de la U. Adolfo Ibañez.

Pero la normativa no estuvo exenta de polémicas, ya que dejaba en manos de los propios regulados el sistema de trazabilidad, según la situación descrita por expertos de la salud y economistas-como Paraje-quienes lo advirtieron en un coloquio de IPSUSS.

Sin embargo, luego de discusiones en el Congreso, la simplificación de la reforma tributaria dejó en claro que el “sistema no estará relacionado con los contribuyentes obligados.”

Independencia entre industria y sistema de trazabilidad que es fundamental para que esta traza de los productos cumpla su razón de ser y que ha sido descrita en estudios internacionales “la fiabilidad del sistema de trazabilidad utilizado y su capacidad de proveer una referencia válida tanto para la administración tributaria (u otras instituciones del Estado) como para los industriales, es vital en la lucha contra el comercio ilícito, dado que los productos durante el proceso de producción y una vez que salen de la planta de fabricación están expuestos a las contingencias que puedan ocurrir durante el transporte hasta el consumidor final. En tal sentido, un requisito fundamental es asegurarse que las fuentes de información inicial de trazabilidad sean independientes, confiables y verificables”.

Incautación 17 mil cartones de cigarrillos ilegales

Fueron 1.311 cartones falsificados (copia del envase o marca y se venden como originales) y 14.420 de contrabando los que incautó la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual (Bridepi) en coordinación con Aduanas y la Fiscalía Centro Norte en una bodega de la comuna de Cerrillos según se conoció esta semana.

En diario El Mercurio, el subprefecto Cristián Lobos, jefe de la unidad investigadora señalaba “uno de los factores podría ser el alza de los impuestos según lo que la empresa (British American Tobacco Chile) ha manifestado, hay una relación directa, pero como institución no tenemos una incidencia en esa parte”.

El evalúo de lo recuperado es de $157 millones, que corresponde al valor de la venta ilegal, que es un tercio menor a la del mercado.

En el informe sobre comercio ilícito: una referencia especial al tráfico de tabaco: estrategias y propuestas señalan que es imprescindible cortar de raíz la progresión del comercio ilícito mediante la concienciación social, nuevas medidas regulatorias, dotar de más medios a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y el establecimiento de sistemas de control estatales fiables de la cadena de producción y distribución.