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Cambiar la malla curricular de Medicina
Una idea para materializar este cambio es considerar el internado de séptimo año como una práctica obligatoria, controlada y pagada, en establecimientos públicos de atención primaria. Este modelo incorporaría cada año un número importante de médicos generales a la atención primaria y así contribuir a resolver la carencia de profesionales siempre escasos.
Domingo 9 de noviembre de 2014
En la primera reunión del Comité Central de reformulación curricular tema obligado fue el análisis del cambio curricular anunciado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, que ha empujado someter a estudio la reducción del número de años de la carrera como parte del proceso de cambio curricular ya iniciado por nosotros como universidad.
Una idea para materializar este cambio es considerar el internado de séptimo año como una práctica obligatoria, controlada y pagada, en establecimientos públicos de atención primaria. Este modelo incorporaría cada año un número importante de médicos generales a la atención primaria y así contribuir a resolver la carencia de profesionales siempre escasos.
El modelo obliga a una serie de cambios jurídico administrativos y acuerdos políticos con el Minsal, para que los estudiantes adquieran la condición jurídica que les autorice la práctica asistencial y los habilite a ejercer la medicina investidos de la autoridad para diagnosticar y tratar, incluyendo la validación de su firma en la solicitud exámenes, emitir recetas y otorgar certificaciones legales, con el aval de un médico coordinador. Sólo una vez finalizada esta práctica pagada, el estudiante ya egresado podría jurar y recibir su título de Médico Cirujano.
En la reunión de reformulación curricular las autoridades de las tres sedes de la USS estuvimos de acuerdo en que los cambios en el país, tanto en vialidad, sistemas de transporte y comunicaciones y en el modelo de atención de salud pública, permitirían reducir contenidos de enseñanzas y prácticas asistenciales que hoy no son parte de la labor del médico general. Por ejemplo la atención profesional del parto y las cirugías de baja complejidad, que otrora eran responsabilidad del médico generalista, hoy no lo son, limitando su competencia al diagnóstico y derivación oportuna, pero aún forman parte de los planes de estudio.
La Escuela de Medicina de la USS estima que el paso dado por la PUC nos obliga a replantear el nuevo currículo bajo el paradigma de reducir la duración de la carrera, no sólo desde la perspectiva del cambio, que tiene que ver principalmente con la educación continua y el paso inmediato de sus estudiantes a la especialidad primaria, sino también desde la mirada política de contribuir al reforzamiento de la atención primaria, que hoy se encuentra debilitada precisamente por la carencia de médicos en el sistema.