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(Re)inserción laboral: el turno de los adultos mayores
Muchas personas que llegan a la edad de jubilación prefieren mantenerse activos, no sólo por el ingreso económico, sino también porque la vejez del día de hoy no es la misma que años atrás.
Jueves 16 de agosto de 2018
Hace algunos días se discutió el Estatuto Laboral Juvenil impulsado por el Gobierno y que busca regular la situación de jóvenes que estudien y tengan un trabajo formal de manera paralela. Este es, sin duda, un gran avance en materia laboral e inserción de la juventud en este campo, puesto que además de una regulación justa y acorde al siglo XXI, urge una educación cívica en materia de derechos y deberes del trabajador, sistema de previsión y ahorro, entre otras. Qué mejor manera que empezar por quienes se insertan por primera vez al mundo laboral.
Sin embargo, largamente han sido olvidados los adultos mayores. Muchas personas que llegan a la edad de jubilación prefieren mantenerse activos, no sólo por el ingreso económico, sino también porque la vejez del día de hoy no es la misma que años atrás. Hoy los adultos mayores tienen un sinfín de oportunidades y metas, muchas de ellas propuestas a una edad madura. ¿Por qué negarles su opción de seguir trabajando?
Según la IV Encuesta Calidad de Vida en la Vejez (UC/Caja Los Andes, 2017), el 69,2% de los encuestados señaló que seguiría trabajando, aún cuando no tuviera la necesidad económica de hacerlo. Esta es una cifra muy importante, considerando que de acuerdo a las cifras arrojadas por el Censo 2017 la cantidad de adultos mayores ha aumentado en un 72%, respecto a 1992. Por otra parte, la posibilidad de trabajar para los adultos mayores del Chile actual no se limita a la edad: este ya no es un filtro válido para quienes buscan mantenerse activos en la vejez. El 65% de los encuestados por la UC y la Caja Los Andes señala que esperan trabajar remuneradamente “hasta que su salud se los permita”.
De estos datos, se desprenden dos urgencias en materia de políticas públicas. En primer lugar, urge regular el trabajo remunerado por parte de adultos mayores.
Existen dos vías para esto, siendo ambas de alta complejidad, como lo son aumentar la edad de jubilación o elaborar un estatuto como el del trabajo juvenil. Por un lado, el aumento de la edad de jubilación podría ir acompañado de un sistema de retiro voluntario a partir de cierta edad, lo que generaría un incentivo diferente, otorgándole la libertad al trabajador de decidir su futuro a corto plazo, en lugar de verlo como un término abrupto.
Por otro lado, un estatuto debería incluir un horario acorde a las capacidades de cada trabajador, una remuneración digna, y un contrato entre empleado y empleador que no precarice a quien desea seguir trabajando, sino que le de la estabilidad deseada.
En segundo lugar, es importante garantizar la salud de un grupo etario con un crecimiento acelerado. Para aquellos que quieren seguir trabajando, como para los que no, la salud es fundamental para una vida digna. Las enfermedades asociadas a la vejez son múltiples y de diversos tratamientos. Impulsar la geriatría como especialidad médica hará un bien enorme a la sociedad, considerando que son nuestros adultos mayores una parte fundamental de la sociedad.
El Chile de hoy ha cambiado, la pauta está siendo marcada por diversos grupos, y muchos de ellos concentran casi en su totalidad a la gente joven. No nos olvidemos de los mayores, puesto que ellos nos necesitan y aportan diariamente a la construcción de nuestra sociedad.