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Argentina y “los cuadernos de las coimas”
El estilo polémico, personalista y voluntarista de Cristina le granjeó numerosos adversarios, pero no cabe duda que gozaba también de un enorme respaldo popular.
Lunes 6 de agosto de 2018
Los años del populismo en Argentina, por la vía del peronismo tradicional o del kirchnerismo más reciente, han dejado huellas profundas en la política trasandina.
Néstor Kirchner gobernó muchas veces con decretos, con soluciones de circunstancia que se fueron perpetuando en el tiempo y con un respaldo popular importante, que se fortalecía ante la falta de alternativas políticas y una situación económica beneficiada por el boom de algunas exportaciones. Lo sucedió en la Casa Rosada, Cristina Fernández -la señora K-, quien permaneció en el cargo hasta el 2015.
El estilo polémico, personalista y voluntarista de Cristina le granjeó numerosos adversarios, pero no cabe duda que gozaba también de un enorme respaldo popular. Sin embargo, el problema de fondo no era de carácter personal, sino que institucional, y fue horadando las bases del régimen político argentino, al punto de confundir las facultades del gobierno con el derecho para decidir con plena libertad en el ámbito económico, haciendo crecer el tamaño del Estado por una parte, y por otra generando una red clientelar que generaba dependencia para los sectores populares y también ingresos ilegales para sus grupos más cercanos e incluso para la propia familia presidencial.
Es lo que se ha develado al conocerse los “cuadernos de las coimas”, una de las tramas de corrupción más impresionantes que se hayan conocido en América Latina en los últimos años. Algunos ya han comenzado a hablar del caso Odebretch argentino.
El problema, para la ex presidenta y para su grupo cercano, no está solamente en el detalle que contienen los cuadernos sobre los cuantiosos fondos destinados a coimas -que ascenderían al menos a 160 millones de dólares- sino también que ya se ha llamado a declarar a numerosos empresarios y se prevén graves consecuencias políticas y económicas para el país.
El hecho se conoce mientras el actual gobierno está intentando controlar la inflación, reducir el déficit fiscal y hacer que la economía crezca, pero las cosas no cuadran y los resultados no han ido a la par con las expectativas que había sobre la nueva etapa que se inició el 2015, como señaló The Economist hace unos meses, lo que ha llevado, a una baja en la popularidad de Macri y también al crecimiento de la evaluación negativa de su gobierno.
No se puede saber todavía el impacto político que tendrá la investigación judicial, que junto con perjudicar a la señora K, podría terminar perjudicando al propio Macri, si las fuerzas peronistas logran unirse en torno a una figura que, junto con oponerse al gobierno, genere menos rechazo que Fernández.