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Las vacunas en la historia
“Hubo que esperar hasta el siglo XX para que la vacuna contara con una jeringa para inyectarla”.
Lunes 8 de marzo de 2021
¿Cómo eran los procesos de vacunación antiguamente? Para responder, debemos remontarnos al siglo XVIII. Por entonces, una de las afecciones que más atacaba a la población era la viruela, por lo que desde 1718 se comenzaron a buscar soluciones a este problema. Lo primero, tomando una idea de los turcos, y antes de los chinos, fue la variolización. Consistía en tomar pus de una pústula de viruela en casos no violentos e inocularla en un paciente sano, al cual sele realizaba una incisión en el brazo. Debajo de la piel se introducía ese líquido con una lanceta para que el cuerpo generase los anticuerpos y diese algún grado de inmunidad.
Miles fueron los inoculados con este sistema, hasta que en 1796 un médico británico, Edward Jenner, descubrió que las vacas también producían una variante benigna de la enfermedad presente en susubres. Siguiendo el mismo método, Jenner llegó a lo impensado: la inmunización de por vida. Se llamó vacuna a dicho remedio. Pero su difusión no fue fácil: la renuencia de campesinos, la costumbre de buscar sanación en elementos naturales o rituales religiosos. Hubo que esperar hasta el siglo XX para que la vacuna contara con una jeringa para inyectarla. Es decir, la vacuna, para que se difundiera con el tratamiento del doctor Jenner y dar vida a una fórmula única, demoró cerca de75 años.
Luego, hubo que esperar hasta 1980 para la erradicación mundial de la viruela ¡Casi 300 años desde el inicio del proceso! Hoy, la vacunación enfrenta nuevos rumores: chips líquidos de seguimiento, campañas de disminución de población y otras teorías hacen que la “conspiranioa' las redes sociales, gracias a las fake news. Varias personas ven en esas versiones una verdad, aunque no probada por la ciencia, sino simplemente refrendada por su alto nivel de difusión e impactantes relatos. Como herederos del conocimiento ilustrado, no podemos creer este tipo de especulaciones. La razón, el pensamiento lógico y las evidencias científicas deben ser guía.
Además, si fuera por seguirnos, que es una de las hipótesis conspirativas ¿no basta con que busquemos algo en internet y a los minutos nos lleguen avisos de ese producto a nuestros celulares? El comercio ya nos vigila' desde hace años, no es necesaria una vacuna para ello. La oportunidad que nos brinda el actual proceso de vacunación va un poco más allá: ser solidarios. Vacunarse es también un acto de solidaridad, porque no solo se cuida quien se vacuna, sino que también a sus seres queridos y, por extensión, a la comunidad.
Así ha sido desde la variolización hasta la segunda mitad del siglo XX en que la producción de tratamientos inyectables se ha disparado para beneficio de los habitantes del mundo. Ya van millones de personas vacunadas, abriendo cada vez una mayor esperanza. Debemos confiar en la ciencia médica y en quienes han trabajado arduamente por producir estas vacunas. Súmenle ustedes la cuota de fe que estimen según sus creencias. Lo importante es ver en esto un avance increíble de la medicina moderna, en pro del bien común, un concepto tan antiguo como las raíces de nuestras leyes medievales. Por lo menos, yo me vacuno, porque contribuyo al mismo tiempo al bienestar de mis compatriotas.