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Nacer sin VIH - SIDA
Cuba ha sido declarado como el primer país del mundo en terminar con esta forma de infección. Chile está cerca de lograrlo...
Viernes 3 de julio de 2015
La infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana se caracteriza en términos simples por dos etapas. Durante la primera, la persona es portadora del virus, y lo puede ser por muchos años, pero no hay síntomas y la contagiosidad es baja. La única manera de conocer si alguien está infectado es por el examen de diagnóstico. En la segunda, la persona desarrolla las manifestaciones de la enfermedad, que van desde la caída de un tipo específico de glóbulos blancos en la sangre, pasando por infecciones oportunistas derivadas precisamente por la disminución de las defensas naturales del organismo, hasta la aparición de algunas formas de cáncer. Esta segunda etapa es la de SIDA propiamente tal.
El VIH se puede trasmitir por diversas vías, siendo la más importante la de mantener relaciones sexuales sin protección con una persona portadora o enferma. La infección al compartir agujas para drogas entre enfermos y sanos, así como la que deriva del uso de sangre contaminada son riesgos en franca disminución. En este último caso, por el chequeo de laboratorio que se hace a toda transfusión antes de usar sangre o derivados.
Una forma de trasmisión poco frecuente pero dramática, es la de una madre portadora a un hijo o hija durante el embarazo, que se conoce como transmisión vertical. Para prevenirla es perentorio que toda mujer se realice los exámenes respectivos al inicio de un embarazo. Ello da la oportunidad de un tratamiento eficaz, que eleva las posibilidades que su hijo(a) nazca libre de HIV. Esta madre no podrá amamantar a su hijo(a), porque también se puede trasmitir la infección a través de su leche.
El término de esta forma de transmisión madre-hijo es un objetivo central de la Organización Mundial de la Salud, y es posible. Cuba fue declarado como el primer país del mundo en terminar con esta forma de infección. Chile está cerca de lograrlo, con menos de 10 niños naciendo como portadores cada año. De hecho, la Organización Panamericana de la Salud estimó que esta meta podría cumplirse el 2017 para nuestro país.
El testeo universal de VIH, es decir que el examen forme parte de una rutina para todas las personas, sin costo, es una meta a lograr. Es equivalente a hacerse una glicemia o un test de colesterol, guardando la confidencialidad obligatoria por Ley. Existe consenso mundial que una de las formas más efectivas de disminuir el riesgo de contraer el VIH es precisamente mediante el diagnóstico lo más precoz posible de quienes son portadores, porque al iniciar tratamiento no solo salvarán su vida, haciendo posible que nunca lleguen a la etapa de SIDA. El diagnóstico y tratamiento en esta primera etapa de portación sin enfermedad también disminuye ostensiblemente el riesgo de contagio. La mejor estrategia hoy es hacerse el examen, todas las personas sin excepción, e iniciar tratamiento, que está garantizado por el AUGE, a la brevedad. Evidentemente que otras medidas como usar condón, tener pareja única, contribuyen a frenar el riesgo, pero en simple: Hazte el examen.