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Juegos tradicionales ayudan a construir identidad cultural
Fomentan la comunicación interpersonal, el autoconocimiento, favorecen el cumplimiento de reglas, estimulan la cooperación, compañerismo, creatividad y el afán de superación.
Lunes 14 de septiembre de 2015
El ser humano a través de la historia ha creado diversos juegos, acompañando su existencia con diferentes actividades lúdicas. Es así que no podemos obviar que el juego posee un gran valor socio-cultural y además, como recurso de aprendizaje, es una poderosa estrategia, al ser un factor dinamizador y motivante para acercar los conocimientos al niño, favoreciendo su proceso de formación personal e integración social.
Por su parte, los juegos tradicionales se transmiten de generación en generación, logrando cierta continuidad en un periodo de la historia. Así transmiten una serie de conocimientos y tradiciones culturales, además, habitualmente, poseen mayor libertad en su práctica, en general no requieren de espacios preacondicionados (como el deporte), son flexibles respecto de su duración, prescinden de árbitros y sus normas se rigen por la tradición oral.
La importancia de los juegos tradicionales radica en que constituyen un elemento esencial para la preservación de nuestras tradiciones, la identidad nacional y la integración del niño al medio en que se desenvuelve, junto con ello fomentan la comunicación interpersonal, el autoconocimiento, favorecen el cumplimiento de reglas, estimulan la cooperación, compañerismo, creatividad y el afán de superación. Finalmente, el juego prepara al ser humano para la vida adulta, favoreciendo la construcción de su identidad social y cultural.
Al acercarse las Fiestas Patrias tanto adultos como niños pueden beneficiarse de las innumerables bondades de este tipo de juegos, reunirse alrededor del trompo, el volantín, la rayuela, la carrera de ensacados, el tirar la cuerda, el corre el anillo, las bolitas, la carreras a tres pies, entre otros. Estos nos proporcionarán vivencias y sensaciones determinantes para nuestro desarrollo personal y social, fomentando la pertenencia familiar, barrial, regional y nacional por medio de una práctica sana y entretenida, que pertenece a nuestros antepasados más directos.
La invitación, en esta época, es rescatar el valor de nuestras tradiciones, ya sea en el campo o en la ciudad, recordando lo que jugamos cuando éramos niños y hacerlo ahora con nuestra familia y amigos. Con estos juegos, aunque sea por un momento, honraremos a nuestros antepasados.