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Los desafíos que enfrentarán los jóvenes que rendirán la PSU
En la actualidad, existen las denominadas autopistas informáticas, por las cuales transitan miles de bit de información relativa a carreras, mallas y programas, junto a las respectivas instituciones que las imparten. Lo anterior, en el transcurso de los días, llegará con mayor o menor prontitud a saturar los sentidos perceptivos de estos jóvenes y sus familias.
Lunes 24 de noviembre de 2014
Muchos jóvenes que rendirán la PSU deberán, con posterioridad, afrontar desafíos para los cuales requieren ciertas habilidades, las que les pueden permitir tomar mejores decisiones al momento de comenzar a construir una parte muy relevante del proyecto de vida como es escoger una vocación.
El primero de estos desafíos está relacionado con la cantidad excesiva de información disponible respecto de carreras, requisitos, becas, entre otros datos. En la actualidad, existen las denominadas autopistas informáticas, por las cuales transitan miles de bit de información relativa a carreras, mallas y programas, junto a las respectivas instituciones que las imparten. Lo anterior, en el transcurso de los días, llegará con mayor o menor prontitud a saturar los sentidos perceptivos de estos jóvenes y sus familias.
El desafío está, entonces, en la forma en que se dispongan las capacidades psicológicas de estos nativos informáticos para asimilar, digerir y procesar esta gran masa de información. Es una tarea en apariencia titánica, pues cada trozo de información que ayuda a construir una elección vocacional, se nos presenta sin orden ni jerarquías a través de los más variados medios audiovisuales. Allí se deben aplicar los filtros necesarios para evitar las confusiones o seducciones que el sistema de mercado desarrolla a partir de crear ilusiones de un pseudo-bienestar con la elección de una u otra carrera y con ello atrapar a jóvenes y familias menos reflexivas al momento de tomar una decisión vocacional.
El segundo desafío consiste en cómo se desarrollarán la valoración y aceptación de lo genuino, de los talentos y aptitudes que posee cada joven por parte de sus familias de origen. Esto permite, sin duda, una mejor oportunidad para realizar una elección vocacional con relativa estabilidad en una sociedad que gusta de logros rápidos, donde el valor radica en el cómo tener cosas y no en el cómo saber cosas. Por este motivo, la satisfacción con la elección vocacional radica en "ser uno mismo" y "no ser como todos los demás". Así, sobre la base de procesos de diferenciación, pero además de aceptación de uno mismo, se construye en parte la solidez del compromiso con la elección vocacional.
Pero sostener esta decisión en el tiempo es un tema muy complejo, pues están en juego los duelos por la pérdida de las certezas de la adolescencia y las renuncias que toda elección implica, dando paso a un uso del tiempo donde mi elección y mis decisiones van a tomar cuerpo al interior de cualquier sala de clases.
Por eso pensar, durante estas semanas, en quién soy y por sobre todo qué soy capaz de hacer, con entusiasmo, dedicación y amor, resulta determinante para escoger dentro de la más variada oferta de carreras a fin de sostener un compromiso con cierta estabilidad en una época donde la transitoriedad es lo que define al sujeto y su actuar.