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Día del Joven Combatiente
Resulta irracional que una ciudad del tamaño y complejidad de Santiago, sufra esta semiparalización por tan pocos, en una fecha conocida de antemano, como es el “Día del Joven Combatiente”, y sabiendo los lugares donde se producen los problemas.
Miércoles 30 de marzo de 2016
Este 29 de marzo, más de dos mil jóvenes no pudieron tener clases con normalidad en nuestra universidad. Esto, porque algunos cientos de personas han logrado infundir tal nivel de temor en actividades tan importantes como la movilización colectiva, que obligaron a quienes tenemos la responsabilidad de no someter a riesgos innecesarios o incomodidades mayores a estudiantes, académicos y funcionarios, a finalizar las actividades programadas desde las 17 horas en adelante.
Resulta irracional que una ciudad del tamaño y complejidad de Santiago, sufra esta semiparalización por tan pocos, en una fecha conocida de antemano, como es el "Día del Joven Combatiente", y sabiendo los lugares donde se producen los problemas.
Parece necesario convencernos de que, en realidad, se celebra el día de los jóvenes delincuentes, porque objetivamente cometen delitos contra las personas y la propiedad, y se desconoce por qué combaten, qué es lo que desean y, por tanto, cómo pueden dejar su lucha.
Estamos mal interpretando el derecho a protestar, que debería ser de forma pacífica, por un pretendido derecho a la violencia, atentando gravemente contra los derechos del resto de los ciudadanos, que sólo buscan desarrollar sus actividades cotidianas con tranquilidad.