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Empoderando a los pacientes
Viernes 13 de marzo de 2015
Las condiciones de salud que enferman a los chilenos se han desplazado desde las enfermedades agudas infecciosas a las enfermedades crónicas. Hoy, la mayoría de las personas mayores de 50 años sufre de Diabetes, Hipertensión Arterial, Obesidad, Depresión, Artrosis, Cáncer o incluso combinaciones de ellas.
El pronóstico de estas enfermedades depende de un adecuado acceso a medicamentos, centros de salud, especialistas y exámenes de laboratorio, como se repite incesantemente. Sin embargo, la enfermedad crónica tiene una particularidad: requiere que quienes la sufren tomen una responsabilidad en su manejo. La limitación mayor para esta colaboración empoderada depende del nivel educacional alcanzado por los enfermos, su familia o quienes les cuidan. Una encuesta reciente de IPSUSS confirma que la capacidad de participar en el propio cuidado está muy limitada para quienes completaron solo Educación Básica, y como hay una alta correlación, entre quienes son más pobres. El 9% de quienes alcanzaron Educación Superior califica su salud como "mala", mientras le da el mismo adjetivo el 20% de quienes tienen solo Educación Básica. El 23% vs el 47% no entiende lo que el médico le explica; el 20% vs el 54% no puede encontrar información sobre la enfermedad que le aqueja; el 30% vs el 44% no entiende la información que viene con los medicamentos.
Es ciertamente necesario aumentar el acceso a servicios de Salud, pero pareciera también esencial mejorar una política que eduque a quienes ya tienen una enfermedad crónica, y pasar de un estado de pacientes-pasivos a agentes-activos. Esto se ha demostrado posible y las iniciativas en marcha en nuestro país son crear una Programa de Paciente Empoderado con talleres donde se aprende practicando, por ejemplo, a distribuir adecuadamente las dosis de los medicamentos a lo largo del día; o a ejercitar la memoria; o a prevenir accidentes en el hogar; para culminar con el establecimiento de una Red de Escuelas de Pacientes, donde líderes de la propia comunidad se capacitan para resolver dudas simples y frecuentes, así como en incentivar la adherencia a tratamientos y controles.
Debemos evitar, hasta donde sea posible, transformarnos en un país pobre, viejo y enfermo.