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Vocación y Salud
¿Qué motiva que haya más requerimiento ciudadano por atenciones de salud y que los jóvenes interpreten correctamente esta señal y se interesen prioritariamente por estas áreas?
Viernes 16 de enero de 2015
Luego de conocerse el resultado de las postulaciones a las diferentes universidades chilenas, se ha informado que las carreras más demandadas son las de salud, con situaciones en las que hubo tasas de entre 22 y 9 postulantes para los cupos disponibles.
Esto coincide con el resultado de una encuesta que muestra que la principal prioridad para el gobierno durante el año 2015 debería ser precisamente mejorar la salud de los chilenos.
¿Qué motiva que haya más requerimiento ciudadano por atenciones de salud y que los jóvenes interpreten correctamente esta señal y se interesen prioritariamente por estas áreas?
La demanda proyectada en salud seguirá aumentando, también el gasto. Esto se asocia a tratamientos más efectivos y costosos; pero también al crecimiento de la población, al envejecimiento, al desarrollo económico y al financiamiento asegurado de las atenciones. Lo más incierto en este conjunto es el crecimiento de la economía. Cuando la actual generación de profesionales de salud reciba sus títulos, la posibilidad de empleo estará críticamente determinada por esta variable.
El déficit de profesionales en salud es enorme, si se consideran las reales necesidades. Por ahora, esto no se traduce siempre en demanda. Por ejemplo, las brechas en salud mental o salud dental siguen creciendo; pero esto no lleva a más servicios demandados por el persistente déficit de financiamiento o cobertura. No cabe duda que esta distancia entre necesidad y demanda efectiva se corregirá progresivamente.
Considerando que los profesionales de salud tardan muchos años en graduarse, es imprescindible aumentar la capacidad formadora del país, así como la matrícula. Ello requiere el uso eficiente de toda la capacidad de campos clínicos, hoy subutilizada. Requiere también fortalecer el concepto de equipos de salud universitarios, entregando responsabilidades crecientes a profesionales no médicos, como ya ocurre con la prescripción de lentes por Tecnólogos Médicos. Debiera suceder también con enfermeras y matronas en el manejo de algunos medicamentos para enfermedades crónicas, o permitir primera consulta por Kinesiólogos. Estas acciones simples han demostrado ser eficientes y económicas. Las mociones respectivas están en el Parlamento.
¿Si más jóvenes talentosos y entusiastas desean servir a quienes más lo necesitan, y más ciudadanos los aprecian y los requieren, por qué no hacer un esfuerzo adicional en la Educación Superior, formando con calidad, un contingente mayor? Podemos, debemos, no pongamos barreras donde no existen.