Los últimos años nos hemos visto alarmados por las frecuentes noticias de niños niñas y adolescentes que mueren, son maltratados, viven situaciones de extrema vulnerabilidad social, desarrollan carreras delictivas, ejercen violencia desmedida, sin que nuestros sistemas de intervención social puedan ejercer ningún control ni solucionar estas extremas situaciones. Por ello debemos solucionar este problema hoy mismo y no seguir esperando un cambio sustantivo en las políticas públicas o leyes.

Primero debemos evidenciar la magnitud del problema, siendo que en Chile son 5 millones los niños y adolescentes, se estima que un quinto de ellos vive condiciones de vulneración de derechos graves, de los cuales solo un cuarto son detectados y se inician procesos judiciales de protección de derechos, la mayor aparte de ellos bajo los conceptos de maltrato infantil, abuso sexual y vivir en entornos con violencia intrafamiliar grave.  

Basado en mi experiencia y en las opiniones recogidas en las diversas mesas de trabajo en esta materia, propongo 3 pilares y 15 medidas, que no requieren cambios legales ni esperar cambios en las políticas publicas, sino solo dependen de la necesaria gestión del propio SENAME y del trabajo que debe hacer para conseguir los recursos con otros organismos públicos. 

Estilos Párrafo

1.  Diferenciar las estrategias de intervención

Desde hace décadas el presupuesto de intervención social va en aumento, mucho más aceleradamente que el crecimiento económico del país, sin embargo, la efectividad de las intervenciones en los casos mas graves es nula, ello se debe en gran parte a que no son adecuados los procesos de intervención en estos casos, los cuales fueron diseñados para situaciones de menor complejidad.

1.1     Tolerancia cero al maltrato o abuso de menores de 9 años, endureciendo las medidas de persecución penal y facilitando los procesos de susceptibilidad de adopción, dejando la posibilidad de adopción por un familiar afecta a los mismos estándares que la adopción por no familiares.

1.2     Centros residenciales diferenciados para pre infractores, adicciones a drogas, discapacidad mental, discapacidad física, asignándoles recursos financieros conjuntos entre SENAME, MINSAL, SENADIS y SENDA, considerándolos como centros de tratamiento residencial al mismo tiempo que residencias de SENAME.

1.3     Incorporación de abogados defensores de niños en cada centro ambulatorio o residencial de SENAME, uno por cada 20 niños, incorporando sistema de seguimiento de causas y generando la interacción entre psiquiatra, abogado y personal de trato directo de cada centro.

1.4     Definición de normas de procesos de intervención, para baja, moderada o alta complejidad de vulneración de derecho abordada, en las modalidades ambulatoria y residencial, con una adecuada descripción de las estrategias de intervención y los correspondientes certificaciones de; conocimientos, habilidades prácticas y aspectos valóricos y actitudinales de los interventores

1.5    Fortalecimiento de estrategia de asesorías clínicas de la red SENAME, completando un equipo de psiquiatra, psicólogo y asistente social por cada servicio de salud, agregando además un sistema informático de seguimiento de los procesos de intervención de la totalidad de los usuarios de SENAME, que incorpore información desde las bases de datos intersectoriales y arroje informes y alarmas para la gestión por el equipo de asesorías clínicas y para los equipos que intervienen el caso, incluidos especialmente los de largo plazo como el consultorio de atención primaria, OPD, tribunal de familia. Este equipo debe funcionar bajo la dirección de SENAME sin embargo debe incorporar el trabajo en reuniones semanales conjuntas, con el encargado de salud mental del servicio de salud, encargados de salud municipales, gestor de la red de MIDESO y jugado de familia.

2.   Tratamiento psiquiátrico especializado

Numerosos estudios concuerdan que un 70 % de los niños niñas y adolescentes vulnerados de derechos o infractores de ley, tienen enfermedades mentales severas, las cuales requieren un tratamiento especializado psiquiátrico, ambulatorio, hospitalizado o residencial.

2.1    Creación de nuevos centros de tratamiento ambulatorio, hospitalario y residencial, con un total de 15 mil plazas de tratamiento para niños, adolescentes con vulneración de derechos, asignándoles recursos financieros conjuntos entre SENAME, MINSAL y SENDA.

2.2     Creación de nuevos centros de tratamiento ambulatorio, hospitalario y residencial, con un total de 3 mil plazas de tratamiento para, adolescentes infractores de ley con enfermedad mental, asignándoles recursos financieros conjuntos entre SENAME, MINSAL y SENDA.

2.3     Creación de Unidades de hospitalización no psiquiátrica y casas especializadas de rutina diferenciada, para jóvenes discapacitados privados de libertad, asignándoles recursos financieros conjuntos entre SENAME, MINSAL, SENADIS y SENDA,

2.4     Incorporación de psiquiatra infanto juvenil a cada centro residencial o ambulatorio de SENAME, con una hora semanal por cada niño.

2.5     Incorporación de psicólogos certificados como terapeutas familiares, a cada centro residencial o ambulatorio de SENAME, para coordinar y liderar los procesos de terapia familiar, así como para supervisar los educadores de trato directo, con una hora semanal por cada niño.

3.  Contención ambiental y re vinculación familiar

El trauma psicológico que genera las situaciones de maltrato y abuso sexual a temprana edad, más aún en los ambientes familiares que deberían haber sido el espacio más seguro de protección, debe ser el principal foco de intervención y ella no se logra sin la necesaria reparación del daño mediante el establecimiento de un ambiente seguro, de contención emocional y acompañamiento que permita el modelaje conductual por educadores de trato directo comprometidos 24/7 que deben tener una asignación de pocos casos para lograr adecuadamente su labor. Por otro lado, la infraestructura, equipamiento, y la modalidad de intervención se deben adecuar a los distintos perfiles de usuarios permitiendo que se resguarde la seguridad y que no se repitan eventos de maltrato o abuso.

3.1     Fortalecimiento del programa Chile crece contigo, ampliando su cobertura hasta los 6 años de edad inicialmente y luego hasta los 9 años en 3 años.

3.2     Establecer estándares de cuidadores de trato directo, los que no deben ser menos de 1 por cada 5 niños en centros residenciales y 1 por cada 3 en unidades hospitalarias

3.3    Establecer reuniones semanales de todo el equipo profesional y técnico que interviene los casos para la coordinación y análisis del proceso de intervención.

3.4     Definición de normas de rutinas diarias de actividades en residencias de menores, con una adecuada descripción de las estrategias de intervención y los correspondientes certificaciones de; conocimientos, habilidades prácticas y aspectos valóricos y actitudinales de los cuidadores de trato directo.

3.5     Establecer la continuidad de intervenciones en los centros y con las familias en los domicilios por los mismos cuidadores de trato directo, quienes tienen el rol de modelaje conductual, contención y educación al niño y su familia, promoviendo su re vinculación familiar.